Viene del latín jaculari que significa lanzar.
La jaculatoria es una oración muy breve, una frase cortita que se la dice en un respiro.
Se emplea para alabar, dar gracias o pedir ayuda.
Existen muchas jaculatorias dedicadas a Dios, a María y a los santos, por ejemplo:
* ‘Señor, ten piedad de mí’;
*‘Señor mío y Dios mío’;
* ‘Jesús en vos confío’;
* ‘Espíritu Santo, ilumíname’;
* ‘Santa María, ruega por nosotros’;
*‘Jesús, María y José’.
* ‘Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío”;
* ‘Detente, enemigo, que el Sagrado Corazón está conmigo’.
¿Que sentido tiene eso de rezar una jaculatoria?
El fiel cristiano debe procurar hacer de la oración su estilo de vida, dedicarle tiempo para ir a Misa, rezar el Rosario, meditar la Biblia, y además, en medio del ajetreo de su jornada, tomarse un instante para decir una jaculatoria: una frase pequeña pero que expresa gran amor y confianza en Dios, María, los santos, el ángel de la guarda.
Las jaculatorias suelen estar inspiradas en textos bíblicos; se pueden emplear las que ya existen o crear unas que resulten adecuadas al momento.
Decir jaculatorias a lo largo del día responde en cierta medida a lo que pide San Pablo:
oren sin cesar
(1Tes 5,17).
Las jaculatorias nos ayudan a vivir en clima de oración, ser conscientes de la presencia del Señor, de María y de la comunión de los santos en nuestra vida diaria y a estrechar con ellos nuestra comunicación.
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Res Non Verba
Hechos No Palabras
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