01 julio 2022

8 CONSEJOS PARA LECTORES

 La Liturgia de la Palabra es la proclamación la Palabra de Dios, que en los Domingos y solemnidades consta de dos lecturas, un  salmo responsorial  y el Evangelio.

El lector debe lograr que todos los feligreses puedan escuchar qué quieres decirles Dios a cada uno de los presentes a través de la Escritura.


Es importante leer y proclamar bien las lecturas:

1.- Antes de empezar la lectura, coloquemos el micrófono a una cuarta (más o menos) de la boca.

2.- Leamos la lectura previamente. 

     Mejor dos veces, una primera para saber que dice el texto; y una segunda para fijarse en las palabras o nombres que nos puedan resultar difíciles. 

     Y mucho mejor leerla en voz alta.

3.- Es decisivo comenzar nuestra lectura de forma pausada, nunca con precipitación. 

     Así los fieles podrán seguir y enterarse de lo que se lee.

4.- Para que se nos oiga y entienda bien, son importantes dos cosas:

     4.1.  Llenarnos de aire 

     4.2. Abrir bien la boca para que podamos proyectar nuestra voz adecuadamente.

5.- En la lectura prestamos nuestra voz a la Palabra de Dios y servimos a nuestra comunidad.

6.- Si nos equivocamos nos detenemos un instante y la volvemos a decir con calma. 

     No hace falta pedir perdón.

7.- Los silencios en nuestra lectura son esenciales. 

     Las pausas hacen que brillen especialmente las palabras. Aprovecharemos para respirar, y casi seguro que nos haremos escuchar.

8.- Al terminar la lectura, esperar unos segundos y luego, mirando a los asistentes y pausadamente decir: 

PALABRA DE DIOS. Esperas la respuesta y te vas.

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