Dios nos creó hombre y mujer y desde la creación misma de nuestros primeros padres nos bendijo, instituyendo así el Matrimonio.
El amor de un hombre y una mujer no es sólo el desarrollo natural del instinto sexual; es el deseo de formar una familia estable, en la cual los esposos son signo del amor de Dios al hombre, con el cual ha hecho una alianza definitiva e indisoluble
Jesús prohibió el divorcio; el esposo no debe dejar a su cónyuge y casarse con otra, ni viceversa.
El Matrimonio, para los esposos cristianos, es un medio de santidad; formar una familia para siempre, en la fidelidad, es un compromiso que a ciertas personas les es muy difícil de aceptar, y por eso, para ellos, el Matrimonio está pasando de moda.
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Ora et labora.
Nunc coepi.
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