Los enemigos que impiden la amistad con Dios son:
* Un ser espiritual maléfico (demonio),
* Las realidades y circunstancias adversas a Dios (el mundo)
* Nuestro propio juicio y debilidad (carne).
Estos enemigos del alma son los que nos conducen al pecado (abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente).
Al decir que el mundo es enemigo del alma reconocemos que hay situaciones que pueden ocasionar un ambiente propicio para el pecado, en el caso del mundo, como enemigo del alma, hablamos de las circunstancias del entorno que pueden llegar a ocasionar un debilitamiento de la fuerza que debemos tener para no caer en el pecado.
Por ejemplo, en el centro educativo (escuela, colegio, universidad), en el trabajo o en el Club, es el contacto con los compañeros un ambiente propicio para la vida sexual activa, los juegos esotéricos, el irrespeto a la autoridad, a padres y maestros, etc.
El ambiente de indiferencia religiosa crea tambien una barrera para que un fiel cristiano cumpla con sus deberes para con Dios y sus semejantes.
Igualmente, el ambiente laicista propiciado por ciertas instancias del Estado genera, por ejemplo, leyes que ponen en consideración las verdades de fe o las posiciones morales: la despenalización del aborto, la legalidad de uniones de parejas del mismo sexo, la licitud del homicidio por compasión (antesala de la eutanasia), la eutanasia para niños mayores de siete años, etc.
Todo esto se enmarca en un mundo adverso y enemigo no solo del alma sino de Dios.
Son la voluntad y el entendimiento humano, facultades superiores del Alma, en donde el diablo no puede tomar posesión, las que con un acto de libertad se vuelven en contra de Dios creando un ambiente desfavorable para su Reinado.
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Res Non Verba
Hechos No Palabras
30 julio 2023
El mundo, ¿enemigo del Alma?
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